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Monday, April 27, 2009

Monday Monday. Bwa da, bwa da da da

So we started training today and it is exciting stuff! We had a very interesting morning; Jeff Foy spoke to us and recounted the story of a Stake President who asked him to come speak to his stake priesthood leaders. He asked Jeff to not talk about what the Employment Resource Services does but about something else. Jeff shared a quote with him from President Hinckley that says, “The Church cannot hope to save a man on Sunday if during the week it is a complacent witness to the crucifixion of his soul.” The Stake President asked him to center his remarks on that, which he did.

A week or so after speaking the Stake President returned and disclosed to Jeff that he had been without a job for the last 6 months and felt that the ERS wouldn’t help but came back humbly to ask for help. Jeff listened to all his efforts and realized that this man was doing everything right. So they discussed other employment options and the man left.

Several weeks later Jeff saw him again and he had the strangest look on his face. He asked him how he was doing and the Stake President explained that he had found employment as a professor at a Church university, an old dream of his. When Jeff asked about the strange look on his face the man explained that he had been thinking about his impending move and leaving the ward and stake. When he thought of his counselors and the men he had served with the only thing that came to his mind was Jeff’s talk. He said, “These men who I served with side by side never, in all those months of unemployment and struggle asked how I was, if I needed help or even if I had enough food. They watched my crucifixion complacently.”

This makes me think of Elder Holland’s talk this last General Conference; we cannot allow our Savior to stand alone again in His Gethsemane. I believe that we can stand by Him by serving our brothers and sisters as they pass through their own Gethsemanes and crucifixion. It is the way that I want to stand by my Savior. I will never complacently stand by; I hope to always offer my love and whatever else my brother or sister may need.



Así que empezamos la capacitación hoy y es muy emocionante! Tuvimos una mañana muy interesante y Jeff Foy nos habló y relató la historia de un presidente que le pidió que viniera a discursar en una reunión con el liderazgo del sacerdocio. Pidió que Jeff no hablara de lo que hace los Servicios de Recursos de Empleo. Jeff compartió con él una cita del Presidente Hinckley que dice: "La Iglesia no puede esperar para salvar a un hombre el domingo si durante la semana se trata de un testigo complaciente a la crucifixión de su alma." El presidente le pidió que centrara sus observaciones en eso.

Una semana después de hablar el presidente regresó y divulgada a Jeff que había sido sin trabajo durante los últimos 6 meses y consideró que el ERS no ayudaría, pero regresó humildemente a pedir ayuda. Jeff escuchó a todos sus esfuerzos y se dio cuenta de que este hombre estaba haciendo todo lo posible. Por lo que discutieron otras opciones de empleo y el hombre se fue.

Varias semanas más tarde, Jeff lo vio de nuevo y vio que él tuvo la más extraña mirada en su rostro. Él le preguntó cómo se estaba haciendo y el presidente explicó que había encontrado empleo como profesor en una universidad de la Iglesia, un viejo sueño suyo. Jeff preguntó por la extraña mirada en su rostro y el hombre explicó que había estado pensando acerca de su inminente traslado y salida del barrio y de la estaca. Cuando pensaba de sus consejeros y los hombres con quien había servido, la única cosa que vino a su mente fue el discurso de Jeff. Él dijo, "Estos hombres quienes servía, nunca, en todos esos meses de desempleo y de lucha, me preguntaron cómo estaba, si necesitaba ayuda o incluso si tenía suficiente para comer. Ellos vieron mi crucifixión con complacencia. "

Esto me hace pensar en el discurso del Élder Holland de esta última Conferencia General; no podemos permitir que nuestro Salvador pase solo por su Getsemaní de nuevo. Creo que podemos estar con él al servir a nuestros hermanos y hermanas que pasan a través de sus propios Getsemanís y crucifixiones. Es la forma en que quiero estar al lado de mi Salvador. Nunca veré con complacencia el sufrimiento de mis hermanos, espero siempre ofrecer mi amor y todo lo que mi hermano necesite.

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